Colitis ulcerosa: una guía sobre los medicamentos actuales

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La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad inflamatoria intestinal crónica que requiere tratamiento médico continuo. El objetivo principal del tratamiento es reducir la inflamación y aliviar los síntomas, mejorando la calidad de vida. Esta guía detalla las principales clases de medicamentos utilizados para controlar la CU, sus mecanismos y consideraciones clave para los pacientes.

Comprender el enfoque de la medicación

El tratamiento de la CU suele ser escalonado, comenzando con terapias más suaves y aumentando si es necesario. La elección del medicamento depende de la gravedad de la enfermedad, las respuestas individuales del paciente y los posibles efectos secundarios. Es fundamental trabajar en estrecha colaboración con un gastroenterólogo para determinar el régimen más adecuado.

Aminosalicilatos: tratamiento de primera línea

Los aminosalicilatos, como mesalamina, sulfasalazina, olsalazina y balsalazida, son con frecuencia el medicamento inicial para la CU leve a moderada. Estos medicamentos reducen la inflamación directamente en el tracto gastrointestinal (GI).

  • Mesalamina está disponible en formulaciones orales (tabletas, cápsulas) y rectales (supositorios, enemas). Se utiliza tanto para los síntomas activos como para el mantenimiento a largo plazo.
  • La sulfasalazina conlleva un mayor riesgo de reacciones alérgicas y puede afectar la fertilidad en los hombres.

Aproximadamente el 50% de los pacientes con CU logran la remisión con aminosalicilatos, pero los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, dolor de cabeza, rigidez de las articulaciones y erupción cutánea.

Corticosteroides: para alivio a corto plazo

Los corticosteroides (prednisona, budesonida, hidrocortisona) son potentes fármacos antiinflamatorios que se utilizan para inducir la remisión rápidamente, especialmente en casos graves. Sin embargo, no se recomienda su uso a largo plazo debido a sus importantes efectos secundarios.

  • A menudo se prefiere budesonida debido a que tiene menos efectos secundarios sistémicos en comparación con otros corticosteroides.
  • El uso prolongado de esteroides puede provocar aumento de peso, cambios de humor, infecciones, niveles altos de azúcar en sangre y osteoporosis.

Los esteroides deben reducirse gradualmente para evitar la insuficiencia suprarrenal, una complicación potencialmente mortal. El Colegio Americano de Gastroenterología desaconseja el uso de esteroides como terapia de mantenimiento.

Inmunomoduladores: control inmunológico a largo plazo

Inmunomoduladores (azatioprina, mercaptopurina, ciclosporina, tacrolimus) suprimen el sistema inmunológico para reducir la inflamación. Están reservados para los casos en los que los aminosalicilatos o los esteroides son ineficaces.

  • Estos medicamentos tardan meses en mostrar resultados, pero pueden reducir la necesidad de esteroides.
  • Los inmunomoduladores aumentan el riesgo de infecciones, por lo que los análisis de sangre periódicos son esenciales para controlar la función y el estado viral.

Productos biológicos: dirigidos a las proteínas inflamatorias

Los productos biológicos (infliximab, adalimumab, golimumab, vedolizumab, ustekinumab, risankizumab, mirikizumab) se dirigen a proteínas específicas involucradas en la inflamación. Se utilizan para la CU de moderada a grave.

  • Los inhibidores del TNF bloquean el factor de necrosis tumoral (TNF), una proteína inflamatoria clave.
  • Los bloqueadores de integrina impiden que los glóbulos blancos entren en el tracto gastrointestinal.
  • Bloqueadores de interleucina suprimen la IL-12 y la IL-23, otras señales inflamatorias.

Los productos biológicos pueden aumentar el riesgo de infección y causar reacciones alérgicas, pero a menudo son eficaces para controlar los síntomas cuando otros medicamentos fallan.

Moléculas pequeñas: nuevos enfoques para la modulación inmune

Las moléculas pequeñas (tofacitinib, upadacitinib, ozanimod, etrasimod) son medicamentos orales que inhiben el sistema inmunológico a través de vías diferentes a las de los biológicos.

  • Los inhibidores de JAK (tofacitinib, upadacitinib) bloquean la enzima JAK, previniendo las señales inflamatorias. La FDA ha emitido advertencias sobre un mayor riesgo de sufrir eventos cardíacos, cáncer y coágulos de sangre con estos medicamentos.
  • Los moduladores S1P (ozanimod, etrasimod) reducen el movimiento de las células inmunitarias hacia los intestinos.

Estos medicamentos ofrecen una opción oral conveniente pero requieren un control cuidadoso debido a los posibles efectos secundarios.

El resultado final

La medicación es fundamental para controlar la colitis ulcerosa, con el objetivo de suprimir la inflamación y reducir los síntomas. Las opciones de tratamiento varían desde aminosalicilatos para casos leves hasta productos biológicos y moléculas pequeñas para enfermedades graves. Seleccionar el mejor enfoque requiere una cuidadosa consideración de la salud individual, la gravedad de la enfermedad y los riesgos potenciales. Trabajar en estrecha colaboración con un gastroenterólogo es esencial para el tratamiento a largo plazo y una mejor calidad de vida.