Escherichia coli (E. coli) es una bacteria común que vive en el intestino. La mayoría de las cepas son inofensivas e incluso útiles para la digestión. Sin embargo, algunos pueden causar infecciones que provocan dolor de estómago, diarrea y problemas de salud más graves. Comprender estas infecciones (cómo se desarrollan y cómo tratarlas) es crucial porque los síntomas pueden variar ampliamente y un tratamiento inadecuado puede empeorar los resultados.
En qué se diferencian las infecciones por E. coli
No todas las infecciones por E. coli son iguales. El tratamiento depende de la cepa específica y del tipo de infección. Aquí hay un desglose de escenarios comunes:
1. Infecciones del tracto urinario (ITU): E. coli es la causa más frecuente de ITU. El tratamiento suele incluir antibióticos como sulfametoxazol-trimetoprima, fosfomicina o nitrofurantoína en casos no complicados. Las infecciones más graves (en hombres, niños, personas embarazadas o personas con sistemas inmunitarios debilitados) pueden requerir ciclos más prolongados de antibióticos por vía intravenosa. La resistencia a los antibióticos es un problema creciente, lo que significa que algunas cepas requieren medicamentos más fuertes como la ciprofloxacina o la levofloxacina, aunque conllevan posibles efectos secundarios como dolor en los tendones.
2. Diarrea del viajero: Visitar países con diferentes estándares sanitarios puede exponerlo a E. coli enterotoxigénica (ETEC), que causa diarrea. La hidratación es clave y los medicamentos antidiarreicos como la loperamida pueden ayudar, pero evítelos si tiene fiebre o heces con sangre. En casos graves, se pueden recetar antibióticos como ciprofloxacina o azitromicina.
3. Infecciones intestinales: Algunas cepas de E. coli, como la E. coli productora de toxina Shiga (STEC), son peligrosas. Es importante destacar que los antibióticos a menudo no se recomiendan para STEC, ya que pueden aumentar el riesgo de síndrome urémico hemolítico (SHU), una complicación renal potencialmente mortal. También se deben evitar los medicamentos antidiarreicos por la misma razón.
4. Complicaciones graves: En casos raros, E. coli puede causar infecciones del torrente sanguíneo (sepsis) o meningitis neonatal. Estos requieren atención médica inmediata, que a menudo incluye antibióticos por vía intravenosa y cuidados de apoyo. El SUH, si se desarrolla, requiere un tratamiento intensivo que incluye líquidos, transfusiones y potencialmente diálisis.
Cuándo buscar atención médica
Si bien muchas infecciones por E. coli se resuelven por sí solas, ciertos síntomas exigen atención médica inmediata:
- Fiebre alta (más de 102°F)
- Heces u orina con sangre.
- Deshidratación severa (micción poco frecuente, orina oscura)
- Signos de SUH (fatiga, hematomas, disminución de la conciencia)
Medidas de prevención y estilo de vida
La prevención de infecciones por E. coli implica una higiene básica:
- Lávese bien las manos, especialmente después de ir al baño y antes de preparar alimentos.
- Cocine bien los alimentos, especialmente la carne.
- Lave los productos con cuidado.
- Evite los lácteos no pasteurizados y los jugos.
- Tenga cuidado al viajar a zonas de alto riesgo (América Central y del Sur, África, Asia): evite la comida callejera, el hielo y las frutas sin pelar.
Para recuperarse, manténgase hidratado, descanse y ajuste su dieta para evitar lácteos, alimentos grasos y especias hasta que los síntomas mejoren.
El resultado final
Las infecciones por E. coli varían desde leves hasta potencialmente mortales. Si bien muchos casos se resuelven con descanso e hidratación, es esencial saber cuándo buscar atención médica y comprender los riesgos de un tratamiento inadecuado (como el uso de antibióticos para STEC). La prevención mediante la higiene y la elección prudente de los alimentos sigue siendo la estrategia más eficaz.


























