Navegando por la menopausia y la perimenopausia: tratamientos y estrategias de afrontamiento

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La menopausia y la perimenopausia traen consigo una variedad de síntomas (desde sofocos hasta cambios de humor) que afectan significativamente la calidad de vida. La buena noticia es que estas experiencias se pueden tratar y un enfoque proactivo con su médico puede producir un alivio real. La clave es comunicar claramente sus síntomas y lo que ya ha probado, para poder determinar el mejor camino a seguir.

Este artículo desglosa los tratamientos médicos y complementarios, lo que le ayudará a comprender sus opciones y tomar decisiones informadas. También aborda la importancia de realizar ajustes en el estilo de vida para controlar los síntomas de forma eficaz.

Comprender los síntomas principales

Los síntomas principales de la perimenopausia y la menopausia incluyen sofocos, insomnio, sudores nocturnos, cambios de humor, sequedad vaginal y, en algunos casos, disminución de la libido. Estos se deben en gran medida a la disminución de los niveles de estrógeno, un cambio hormonal natural que se produce a medida que las mujeres envejecen. Si bien son incómodos, estos cambios no tienen por qué ser debilitantes.

Tratamientos médicos: una descripción detallada

Existen varios tratamientos médicos eficaces. La terapia hormonal (HT), ya sea con estrógeno solo o combinada con progestina, sigue siendo la solución principal para muchas. Contrariamente a preocupaciones anteriores, las investigaciones modernas sugieren que la TH es relativamente segura para la mayoría de las mujeres, aunque es crucial discutir su historial médico con su médico para sopesar los riesgos y beneficios.

Otras opciones incluyen:

  • Antidepresivos: Ciertos ISRS y IRSN pueden estabilizar el estado de ánimo y reducir los sofocos. La paroxetina (Brisdelle) está aprobada por la FDA específicamente para aliviar los sofocos.
  • Gabapentina: Originalmente un medicamento para las convulsiones, es eficaz para reducir los sofocos y mejorar el sueño. Es una opción adecuada para mujeres que no pueden recibir terapia hormonal, como las que padecen cáncer de mama. Tenga en cuenta los posibles efectos secundarios como mareos y visión borrosa.
  • Hormonas bioidénticas: Estos compuestos imitan estrechamente a las hormonas humanas, pero las afirmaciones de seguridad o eficacia superiores en gran medida no están verificadas. Existen combinaciones bioidénticas aprobadas por la FDA como Bijuva, pero los bioidénticos compuestos carecen de regulación y deben abordarse con cautela.
  • Antagonistas de los receptores de neuroquinina: Los medicamentos más nuevos como fezolinetant (Veozah) y elinzanetant (Lynkuet) se dirigen a las señales cerebrales para reducir los sofocos. Se han observado lesiones hepáticas raras pero graves con fezolinetant, por lo que la vigilancia es esencial.
  • Oxibutinina: Este medicamento, que suele usarse para la vejiga hiperactiva, puede reducir los sofocos entre un 70% y un 86%. Sin embargo, su uso en mujeres posmenopáusicas requiere una cuidadosa consideración debido al posible deterioro cognitivo en los adultos mayores.

Más allá de la medicación: terapias complementarias

Además de las intervenciones médicas, varias terapias complementarias pueden ayudar a controlar los síntomas:

  • Acupuntura: Las investigaciones sugieren que puede reducir los sofocos, aunque se necesitan más estudios.
  • Hipnoterapia: Se ha demostrado que la hipnosis autoadministrada a través de grabaciones de audio reduce la gravedad de los sofocos.
  • Yoga y Mindfulness: Estas prácticas pueden mejorar el estado de ánimo, el sueño, la densidad ósea y reducir el estrés.
  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC puede ayudar a controlar los sofocos y mejorar el estado de ánimo.
  • Bloqueo del ganglio estrellado: Aunque se necesita más investigación, algunos estudios son prometedores para reducir los sofocos mediante inyecciones nerviosas.

Ajustes en el estilo de vida para el manejo de los síntomas

Unos simples cambios en el estilo de vida pueden marcar una diferencia significativa:

  • Vístase en capas: Adáptese fácilmente a las fluctuaciones de temperatura.
  • Usa lubricantes y humectantes: Combate la sequedad vaginal con productos de venta libre o consulta a tu médico sobre el estrógeno vaginal.
  • Dieta y ejercicio: Concéntrese en alimentos saludables para los huesos (calcio, vitamina D) y actividad física regular (aeróbicos, ejercicios con pesas).
  • Evite los desencadenantes: Limite la cafeína, el alcohol y las comidas picantes, que pueden empeorar los síntomas.
  • Dejar de fumar: Fumar acelera la aparición de la menopausia e intensifica los síntomas.
  • Ejercicios del suelo pélvico: Fortalece los músculos para abordar la incontinencia urinaria y la disfunción sexual.

Conclusión

La menopausia y la perimenopausia son transiciones naturales, pero sus síntomas no tienen por qué controlar su vida. Al trabajar con su médico, explorar opciones médicas, incorporar terapias complementarias y tomar decisiones informadas sobre su estilo de vida, podrá atravesar esta etapa con mayor comodidad y bienestar. La clave es una gestión proactiva y una comunicación abierta con su proveedor de atención médica.